Bélgica, y especialmente Bruselas, es el lugar estratégico donde se ha construido y organizado la Europa contemporánea. Su elección como capital de la Unión Europea se produjo en varias etapas. En 1947, Churchill habló por primera vez de los “Estados Unidos de Europa” y, unos años más tarde, la idea tomó forma: Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania, los Países Bajos y Luxemburgo formaron la Unión de Europa Occidental. La capital belga fue elegida como la célula germinativa de la Europa Unida, y así se fundó la Comunidad Económica Europea en 1958. En 1966, la sede de la OTAN también se estableció allí y, cuando la CEE se convirtió en la Unión Europea, el aparato administrativo de Bruselas ya era tan vasto que no era rentable trasladarlo a otra ciudad. Por lo tanto, en 1992, Bruselas se convirtió en la sede de la Unión Europea.
En ese año, según el Banco Mundial, había 25,911 refugiados o solicitantes de asilo en Bélgica. En 2016, la cifra alcanza los 42,128. Datos, datos y más datos, que muestran las instituciones desde el ángulo de su burocracia complicada y, al mismo tiempo, hacen invisible la realidad cruda a nuestros ojos. No siempre es fácil ver lo que alguien, por razones de estrategia o poder, nos impide mirar. Desde la década de 1990, se han sucedido docenas de conflictos y guerras alrededor de la cuenca mediterránea. Desafortunadamente, esto no es algo nuevo; cada año, miles de personas pierden la vida en el fondo del mar al abandonar con urgencia los abusos, conflictos y guerras generados en sus países de origen.
Las instituciones europeas acogen, a través de la OTAN, a personas que huyen de conflictos continuos en sus países. Sin embargo, esta acogida se realiza en términos de una burocracia y exigencias administrativas deshumanizadas. Aquellos que logran llegar a la Europa deseada y utópica, ya sea por mar o por tierra, se encuentran en el laberinto de la Institución. Este laberinto implica llenar docenas de formularios, hacer preguntas, más preguntas, siempre más preguntas, abrumando al otro, colocado en un estado de espera antes de comunicarle un resultado positivo o negativo (te quedas con nosotros o te expulsamos).
Hoy, miles de personas se encuentran “en espera” en Centros de Acogida para solicitantes de asilo organizados por el Estado, y encuentran apoyo en numerosas ONG dedicadas a la salud mental, educación y otras cuestiones urgentes. También existen iniciativas personales que no dependen de grandes estructuras organizativas, pero que son capaces de crear nuevos espacios de relación y expresión entre aquellos que esperan. “Here, Waiting” es el trabajo presentado por Maroussia Prignot y Valerio Álvarez, que utilizan la fotografía como medio de acceso, enseñanza y comunicación en el Centro Fedasil de Jodoigne en Bélgica.
En 2015, la imagen del Parque Maximilien a la que Bruselas estaba acostumbrada cambió radicalmente. El parque se convirtió en un campamento de refugiados. Esta situación de desbordamiento encontró su resolución en la decisión de la comuna, una vez desmantelado el campamento, de talar todos los árboles del parque. Valerio estaba allí, escuchó, observó, fotografió la situación y tomó posición, transformando sus imágenes en puro oxígeno. Luego, junto con su colega de trabajo, Maroussia, organizaron una serie de talleres que llevaron a cabo en colaboración con los niños del centro de asilo. Toda la experiencia de la didáctica visual que se percibe en este volumen fue contada por refugiados de Irak, Irán, Afganistán, Chechenia, Albania, Rumanía, Siria, Guinea Ecuatorial, Somalia, Eritrea, Argelia, Congo… que esperan una respuesta del Estado belga. “Here, Waiting” sirve para abrir los ojos y mirar donde no quieren que miremos, para escuchar lo que el otro tiene que contarnos.
“Here, Waiting” es un libro que avanza cada vez que lo miras, se escucha, se toca, porque en su esencia no hay un libro, sino una experiencia de sueños despiertos. Fotografía y colaboración. Apertura y libertad. Política y resultados. Imaginación y palabras. Un movimiento imparable que abre a otras relaciones y perspectivas en relación con la producción-distribución de imágenes de nuestra época. Un ejercicio constante para cultivar la empatía y aprender de aquellos que viven con nosotros, en un estado de espera… tan cerca pero tan lejos.
Texto escrito por Julián Barón como prólogo del libro “Here, Waiting” de Maroussia Prignot & Valerio Álvarez, publicado por APE (Art Paper Editions) en Bélgica, 2019